Muy significativo es contrastar las cuasi elecciones internas que, en mayo, efectuó la MUD para la escogencia de los candidatos a la próxima justa para el cuerpo legislativo nacional, con el desarrollo de la campaña interna que lleva adelante el PSUV.
El análisis no es fácil dadas las contradicciones y confusas declaraciones de los voceros de la derecha sobre su caricatura electoral pasada. Por un lado, el mariscal Chuo Torrealba declaró la cifra de 640.000 participantes, por otro, el encargado de asuntos lectorales de la MUD, José Luis Cartaya, adelantó la cifra de 543.723 participantes. Inconsistencias y mentiras aparte, lo cierto es que solo se midieron candidatos contrarrevolucionarios, luego de cancelar previamente 150.000 bs., en 37 de los 87 circuitos electorales a nivel nacional, mientras en 50 los postulados serán de “consenso”, por no decir de pacto y negociado oculto de las cúpulas de los partidos y sus financistas nacionales y extranjeros. Curiosa una “unidad democrática” en la que predomina la imposición arbitraria, las puñaladas traperas y las cartas pasadas por debajo de la Mesa. Desde ya, vemos como decenas de aspirantes resentidos lanzan su candidatura por la libre, transparentando la ensalada de arribismo y competencia desleal que caracteriza a la dirigencia opositora.
En la acera de enfrente, quienes luchamos por profundizar y consolidar la Revolución, desde hace semanas iniciamos nuestro proceso interno en los 87 circuitos, rebosantes de entusiasmo y camaradería. No nos caracteriza la vocinglería mediática del escualidismo, como tampoco el certamen de trampas y zancadillas que los identifica, sino el recorrido casa por casa por las zonas populares, en un debate fraterno que pone el acento en el socialismo y el legado del Comandante, así como en las propuestas y soluciones proactivas para corregir lo necesario y enfrentar la arremetida reaccionaria. Como lo he afirmado, no estamos compitiendo entre nosotros. Por encima de los intereses individuales, aprovechamos la ocasión para cerrar filas en torno a los postulados del cambio, lo importante es la unidad del partido y la victoria para garantizar la estabilidad de las instituciones, la paz en la República y la continuidad del proyecto revolucionario.
Este 28 de junio, concurriremos nuevamente a las urnas en elecciones abiertas, es decir podrán votar todas y todos los inscritos en el CNE y no solo la militancia del PSUV, para manifestar su preferencia por la vocería que representará a la Revolución en la próxima Asamblea Nacional. Nuevamente, siguiendo el mandato del comandante Chávez, CON LAS BASES NOS RESTEAMOS.
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