Desde 1830 la patria ha sido gobernada por las cúpulas oligarcas que llevaron a nuestro padre de la patria al sepulcro y traicionaron los nobles intereses del glorioso pueblo que lucho por su independencia. Esa traición pasó de año en año de partido en partido, los engañadores de todas las horas en palabras de Gaitán gobernaban excluyendo a las grandes mayorías, pisoteando sus derechos y sumergiéndolos en el oscurantismo político. Un gran movimiento político surgió después de los hechos de 1992, un sentir popular, acompañado de inmensa deuda social que arropó al movimiento revolucionario bolivariano 200, encabezado por un hombre que con gallardía asumió la responsabilidad de aquel histórico 1992. (A diferencia de los líderes opositores catalogados como hombres sin pantalones).
Con la llegada de la revolución, lo que un día prometimos lo cumplimos, encontramos una Venezuela sumergida en la pobreza, analfabetismo, desempleo, desnutrición, un país tan rico y con su gente tan pobre. Primeras acciones: la Redistribución equitativa de la riqueza iba acompañada con las leyes habilitantes, un andamiaje jurídico que permitía que el ingreso petróleo fuese dirigido a la inversión social y por otra parte permitió un golpe certero al latifundio y levantar las bandeas del grande Zamora “La tierra es de quien la trabaja”, revindicando así, la gesta histórica de nuestros campesinos. Un golpe de estado fue la acción tomada por una oligarquía cuando vio perder sus intereses, ya sabemos que los motiva. La revolución siguió su marcha, un inmenso sentir popular trajo a nuestro líder.
Así mismo, importantes políticas sociales nos dieron a conocer en el mundo la lucha contra el analfabetismo, el cual erradicamos; la lucha contra el hambre cumpliendo las metas del milenio, de igual manera, convertimos a Venezuela en una gran aula de clase siendo este el quinto país con mayor matrícula universitaria en el mundo reconocido por la UNESCO. Nadie puede dudar hoy del compromiso impostergable de la revolución con nuestro noble y querido pueblo venezolano.
Estos últimos años han sido truncados para la revolución, el Presidente Nicolás Maduro ha hecho esfuerzos portentosos por garantizar un equilibrio político y social, pese a los intentos desesperados de la derecha internacional y nacional por socavar las bases de la revolución y doblegar nuestro pueblo exponiéndolo a una inclemente guerra económica, bloqueo financiero y una permanente guerra psicológica.
Somos hijos de Bolívar, somos el pueblo de las dificultades, conscientes de nuestro momento histórico, con Chávez como ideal colectivo, daremos la batalla en el terreno que sea, con quien sea y como sea, venimos del barrio, de las luchas populares, de la resistencia, de la clandestinidad, hemos sentido en nuestra carne la tortura inclemente de los esbirros del puntofijismo.
Nada nos detendrá en el afán amoroso de mantener el único bien que hemos adquirido a costa de los demás: la independencia.
Un inmenso huracán bolivariano desbordó las calles de Caracas, en unión Cívico-Militar reafirmamos la auto determinación de nuestro pueblo, con heroísmo derrotaremos cualquier conjura contra la revolución, nuestro espíritu bolivariano derrotará las pretensiones apátridas de quienes hoy piden una intervención extranjera como lo hace la dirigencia opositora erigiéndose como paladines de la libertad, cuando en verdad son es cipayos del imperio , la patria y la historia los juzgara con el peso inclemente de la ley , los ejemplos palpables nos han demostrado que con tamaña petición muerte y desolación trae consigo la bota imperial. Es propia la ocasión para recordar la carta de protesta de nuestro Libertador Simón Bolívar al Sr. Irvine, agente del gobierno norteamericano, el 07 de octubre de 1818. “Lo mismo es para Venezuela combatir contra España que contra el mundo entero si todo el mundo la ofende”.
No Morirá la esperanza de concretar el socialismo bolivariano, seguiremos de la mano de los humildes, de los olvidados, de los descalzos. Nuestro pueblo seguirá siendo sujeto protagónico en esta revolución. Nuestra suerte está echada y es con los pobres de la tierra. Nuestro ejército hoy a 207 años levanta las banderas del bolivianismo, junto con el lucharemos con la fuerza invencible de nuestras convicciones es eso lo que nos hace inmortales.
Texto: Freddy Bernal Rosales
Imagen: Equipo de Prensa Freddy Bernal
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