Las recientes elecciones europeas presagian importantes cambios en el panorama político. El ascenso vertiginoso de PODEMOS, un movimiento anticapitalista que tiene en la ola de integración bolivariana latinoamericana una de sus fuentes de inspiración, ha causado una auténtica tempestad en España y, por extensión, en el resto de los países de la Comunidad europea. A grandes problemas, grandes y radicales soluciones. El programa de PODEMOS es claro y simple: asamblea constituyente para conquistar la soberanía, control público sobre los sectores estratégicos de la economía; democratización de la gestión, ejecución y evaluación de la inversión pública a través de presupuestos participativos; garantía del derecho al conocimiento, la formación académica y una educación pública y gratuita participada democráticamente por todos los miembros de la comunidad educativa; garantía del derecho a una vivienda digna; potenciar la integración y cooperación entre los pueblos; impulso de la participación…
¿Nos resultan conocidas estas propuestas? El parecido con la esencia de la revolución bolivariana es mucho más que inspiración y mera coincidencia. Es la respuesta del pueblo español al capitalismo voraz que está asolando a toda Europa.
Dice el amigo Juan Carlos Monedero, uno de los principales impulsores de PODEMOS, en relación a España y Latinoamérica y las imposiciones neoliberales del FMI: “La conclusión es que al ser dos procesos similares tenemos que entender cuáles fueron las claves que llevaron a esos pueblos a enfrentarse con la marginación y con la miseria que conllevaba el modelo neoliberal.”
El ascenso de PODEMOS rebasa los límites españoles pues significa un camino a seguir para el resto de Europa. De allí que la derecha europea en su totalidad ya comenzó una brutal campaña internacional de criminalización de la nueva agrupación (al igual que la MUD contra el gobierno bolivariano durante las fenecidas guarimbas), lo que demuestra el pánico que genera en los sectores reaccionarios y, ¿por qué no decirlo?, a una respetable pero vetusta izquierda incapaz de presentar, de manera resuelta y audaz, alternativa alguna a la crisis que golpea sin cesar a las mayorías españolas.
Otro ejemplo europeo a observar es el de la izquierda griega, con la coalición SIRIZA a la cabeza, que avanza paulatinamente mientras la derecha, cómplice del capital transnacional, permanece inerme ante un aterrador derrumbe su economía. Para dar una idea de lo que sucede en Grecia, basta saber que en febrero del presente año, el desempleo en la población menor de 25 años llegó al 56,9%. Buen espejo para mirarnos, hacia allá nos quiere regresar la derecha venezolana.
Repito: a grandes problemas, grandes y radicales soluciones. Termino afirmando, que hoy más que nunca, el espíritu libertario de Bolívar y Chávez anda por el mundo liberado pueblos oprimidos.