«Un caso de la vida real»
He visto infinidad de películas con finales sorprendentes; pero, el caso de –Carlos- Lanz, pareciera un guión bien detallado de una de esas historias Hollywoodense que plasman en pantalla grande y que termina ganando, no sé, cuantos premios Oscar. Donde el suspenso, drama, acción y terror están presentes desde principio a fin.
Si esta fuera una de esas películas, los créditos, debieran decir «un caso de la vida real”.
En posiciones anteriores he manifestado, que nuestro problema no es de bloqueo o sanciones, no es una crisis política, económica o social. Nuestro gran problema es que se atraviesa por una gran crisis moral.
Quizás más de uno diga que no, pero usted mírelo del ángulo que desee mirarlo. La causante de todo esto es el monstruo llamado corrupción.
Si ese monstruo no es atacado con bravura, entonces, no nos pongamos melancólicos o sorprendidos, si otra familia es enlutada por las garras de este flagelo que nos viene haciendo daño desde hace mucho rato.
Les aseguro, que si en este caso, la corrupción hubiese sido atacada y develada a tiempo, nuestro Carlos Lanz, hoy vivo aun estuviera.
Cuantas de nuestras instituciones hoy sufren de este mal… Es más cuantos de nuestros Inces, hoy duermen plácidamente en los brazos corruptos de algún delincuente.
Algunos se pondrán bravos y hasta quizás otros manifiesten que se les ofenden; pero esta es una realidad que está enlutando familias en nuestro país.
Por otro lado, aún quedan cabos por atar, ¿Cuál es el nombre del Pran? ¿Por qué el fiscal se reservó su nombre?
¿Cuál es el acuerdo entre el delator y Fiscalía?
Es muy normal que algunos vean poco creíble lo contado por el fiscal. Si lo llevamos nuevamente a lo de la película, diríamos que se pasaron casi dos horas y ya al final del drama el desenlace se hace en segundo. Eso genera mayor impacto en el espectador.
Casi dos años del caso y en días se planteó un desenlace espeluznante. ¿Es creíble el delator? ¿Es creíble lo relatado por el fiscal?
Quizás querían o esperaban otro. Debemos juntarnos para la lucha a muerte contra la corrupción.
A algunos, no les gusta el final, porque, queda claro que es ella o somos nosotros. ¡Vamos por ella!
Como mencionó el fiscal que dijeran «Los Matadores», vamos pa’ esa viejo.
Cada quien saque sus conclusiones.
Elaborado por: Larry Carrillo / 07.07.2022
