Salvo vaguedades, los ataques al presidente Maduro y el repertorio de exageraciones, mentiras y malos agueros acostumbrados, hasta ahora ningún candidato de la derecha se ha dignado de exponer claramente cuales serían sus propuestas en materia legislativa. Nos toca a nosotros y a los electores deducirlas. Hagamos nuevamente, como en elecciones anteriores, un ejercicio de imaginación para adivinar cual sería el desempeño opositor en la Asamblea Nacional, en caso de lograr la mayoría.

El primer atajaperros sería un macht entre Ramos Allup y Julio Borges por lograr la Presidencia del organo legíslativo. Muy cerca del ring, estaría Ismael García esperando la oportunidad de cualquier resbalón para lograr el puestecito con el que siempre ha soñado, íncluso, es capaz de conformarse con la Primera Vicepresidencia, por aquello que dicen de “aunque sea fallo”.

Luego de resuelto el combate anterior, presenciaríamos la verguenza del “reparto” de las comisiones. Un viejo y veterano candidato por el Zulia, exadeco (asesor y asesorado ahora por el reo Manuel Rosales), presidiría la Comisión de Contraloría, estrenándose en el curul con una propuesta de Ley para controlar las misiones sociales con el fin de entorpecerlas y solicitando la expulsión de medicos cubanos. Ni hablar de lo que propondría en contra de las misiónes educativas, la asignación de las canaimitas a la población escolar y la Misión Vivienda. Para este asambleista, el gasto social no se justifica, salvo -según su lógica- para invertirlo en créditos a los terratenientes y ganaderos.

Seguidamente y no por eso menos importante, pasarían a deliberar sobre una ley de amnistía inmediata que, una vez aprobada, permita a prófugos, procesados y convictos por crímenes contra la ciudadanía y la paz de la nación, ejercer nuevamente el terrorismo. En las fechas patrias de 2016, los oradores de orden en las sesiones especiales de la cámara legislátiva serían: Leopoldo López, Carlos Ortega e Ivan Simonovic, entre otras joyas de la democracia. ¿Y el 11 de abril? Sesión solemne conmemorativa. ¿Orador de orden? ¡Si! El mismo don Pedro Carmona Estanga, luego de su retorno glorioso desde el exilio.

También, desde esa AN terrorífica, se obstaculizarían todos los convenios de cooperación internacional con China, Rusia, Bielorrusia, Brasil, Irán, Cuba… Impidiendo, entre otras ventajas económicas, el desarrollo industrial y de la infraestructura, los adelantos tecnológicos y agroalimentarios.

Una vez aprobadas medidas en relación a los anteriores temas, en dos o tres meses máximo, pasarían de manera frontal y directa a atacar al presidente Maduro, buscando su salida del cargo por la vía que sea, lo que significa mociones de censura a los ministros, desaprobación de créditos adicionales, interpelaciones de altos servidores públicos bolivarianos… No dudemos para esto, el concierto y complicidad con los permanentes enemigos extranjeros de la Revolución Bolivariana: el imperialismo norteamericano y sus gobiernos lacayos en Latinoamérica.

Como vemos, nos jugamos mucho más que un voto que exprese el malestar por las dificultades que enfrentamos. Está en juego la estabilidad de la República y las conquistas sociales alcanzadas, algo que a la funesta contrarrevolución le importa nada en su loca carrera de odio y revancha. En el supuesto negado de que la derecha gane las elecciones nos esperan duras batallas. Si esa pesadilla sucediera, no dudo que la división interna, torpeza y mediocridad reaccionaria los haría perder legitimidad en unas pocas semanas.

Luchemos y trabajemos sin cesar para la victoria, sin perder de vista que los revolucionarios debemos estar prestos a dar la batalla en cualquier escenario.