Las sociedades divididas en clases -esclavistas, feudales y capitalistas- están en permanente confrontación. Esto parece una perogrullada, pero como la derecha apátrida y sus V columnas pretenden esconder esta evidente verdad, debemos recordarla para no perder el rumbo.
El Caracazo, en 1989, fue una clara explosión social desorganizada sin plan político alguno; es obvio que fue una confrontación, una vez rebasado el vaso de la exclusión, corrupción y expoliación de los ciudadanos y la patria. El pueblo insurgió contra la traición y la injusticia.
En 1999, los venezolanos, fueron convocados por el Comandante Hugo Chávez a un Referéndum Consultivo el 25/4/99 por una constituyente. Nace así la V República, en un acto soberano profundamente democrático, que fue, a la vez, una expresión simbólica y práctica de la institucionalidad electoral. Con las leyes de la IV república, nació la V en Referendum el 15/12/99. El país se unió, consciente y organizado, en torno a un nuevo “pacto social”, para reconstruir la República, aprobando la Constitución Bolivariana de la República de Venezuela.
Con el cumplimiento de la principal promesa electoral que lo llevó al triunfo electoral en 1998, a solo días de su toma de posesión, el Comandante Presidente invocando la constituyente, emprendió una nueva época continental. Venezuela parió una vía para que las grandes mayorías -de todas las clases y sectores sociales, etnias y descendencias -, enrumbaran los destinos y sueños del continente bolivariano. Se hicieron visibles con voz y mando, los invisibilizados por centurias desde la primera guerra de independencia Gran Colombiana, a excepción de Cuba. Como hace dos siglos, se hicieron presentes, con una nueva legalidad revolucionaria, ahora ellos en “el poder”.
Esa realidad de “Radicalización democrática” no fue la que dividió la sociedad, como dice la reacción, sino que develó abiertamente las desigualdades que ya existían, uniendo a los excluidos en afán justiciero y patriótico.
El 11 de abril de 2002, intentos restauradores fascistas, con ingente apoyo antinacional, oligarcas pitiyanquis y sectores reaccionarios del pueblo que habían votado por la nueva LEGALIDAD BOLIVARIANA, consuman el PROYECTO RESTAURADOR PRECONSTITUCIONAL, materializando sus intereses de dominación de las mayorías, para perpetuar la sociedad capitalista dividida en clases, en la que ellos tenía “la sartén por el mango”.
Pese al apoyo gringo, de fascistas españoles, colombianos -de la nueva “Alianza de las Espadas” oligárquicas del mundo-, el pueblo venezolano mayoritariamente, en unidad con los sectores patrióticos de la Fuerza Armada Nacional, el 13 de abril, en 48 horas rescató a su Presidente, derrotando el golpe fascista. Aún así, después de esta traición, insistimos entonces en proponer, erróneamente, el diálogo a los nostálgicos y violentos puntofijistas. “Clemencia criminal”. Como respuesta, la revolución tuvo que enfrentar el paro petrolero de diciembre del 2002, sumado a un plan desestabilizador de agitación de calle, guarimbas y saboteo económico.
Fueron derrotados nuevamente. En el 2006, el Comandante Presidente es ratificado por las fuerzas del cambio en unidad revolucionaria, vapuleando a los restauradores del pasado.
Los tanques pensantes de guerra sicológica contra la revolución bolivariana, han impartido su nueva “Orden de Operaciones” para la ofensiva restauradora: “Diálogo”, “Reconstruir la MUD al lado del pueblo”, “Ganarse a las bases Chavistas”; graznan los prófugos Poleo y Rosales. Hacen el mandado en el país, Petkoff, Ocariz, Borges, Ramos Allup, Leopoldo López, Pablo Pérez y Álvarez Paz; eso sí, sin abandonar la desestabilización, o los “atajos” oportunos por vías encubiertas, con algún sustituto e Peña Esclusa y Chávez Abarca, rectoras(es) y movimientos de “nalgas blancas y libres” al aire: cual alacranes.
El 26s marcó el techo electoral de la derecha preconstitucional retrógrada; 5 millones de votos en “condiciones excelentes”: recesión, crisis eléctrica y de agua, escándalos de ineficiencia y corrupción, cardenales y obispos fanáticos propagando temores infernales. No obstante esa cifra, distan de tener la fuerza del Comandante Chávez, líder indiscutible en simbiosis amorosa con el pueblo revolucionario que -en confrontación constitucional revolucionaria- logró hacerse visible, expresándose de manera potente y clara. Por ello, los ataques se centran en él.
Los V columnas “muerden el peine” del diálogo. Buscan apoyo chavista para la encomienda troyana, revestidos de “amplitud democrática”, pero juntando hombros con la derecha, y obstruyendo la aplicación de las 3 R´s2 en lo interno.
El Comandante Presidente ha dicho: “¡Allá la burguesía y los apátridas, acá los patriotas y los que vamos a construir la Patria de nuestros hijos!”. Con los que son visibles, con su voz llamando a revolución, es el diálogo, sin impunidad criminal y en unidad PUEBLO-FABN.
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